Un producto que ha ganado popularidad y que vale la pena revisar en torno al tema de las adicciones es el del CBD, que, aunque es uno de los tantos componentes de la marihuana, también forma parte de los diferentes compuestos que contiene la planta. Por tal motivo, el CBD una sustancia que actualmente se estudia y de la cual se conocen nuevos usos y efectos que generan mucho interés en las personas que desean informarse más sobre la marihuana.
Un abordaje interesante es la que nos brinda la organización gubernamental norteamericana, Food and Drug Administration (FDA) o Administración de Alimentos y Medicamentos, en español, cuyo portal dedica todo un apartado a sus características.
De manera sencilla recuerda que el cannabis es una planta de la familia cannabaceae que contiene más de 80 compuestos químicos biológicamente activos, entre los cuales se encuentra el tetrahidrocannabinol o THC y el cannabidiol o CBD. Aunque más adelante abordaremos las diferencias entre el THC relacionado con la droga y asociado al consumo de la marihuana, ahora iniciaremos con lo relacionado al CBD.
Para la organización resulta importante aclarar que la CBD es un compuesto único de la planta de cannabis y que la marihuana es un tipo de planta de cannabis o material vegetal que contiene muchos compuestos naturales que pueden incluir tanto el CBD como el THC.
Por otro lado, aclaran que en el caso de Estados Unidos sólo se ha aprobado un producto de CBD recetado para tratar las formas poco comunes y graves de la epilepsia, pero que su comercio es ilegal si se etiqueta como un suplemento alimenticio, pues por ahora los datos sobre su seguridad son limitados y se sabe que existen riesgos reales, además de que algunos productos se comercializan haciendo afirmaciones médicas sin comprobar y que son de calidad desconocida.
Si bien la FDA es un referente para el consumo de alimentos y medicamentos en el mundo, en los siguientes párrafos también veremos que México tiene otras reglas en lo relacionado con este componente, su consumo y su comercialización.
Asimismo, haremos un recorrido por otros temas cómo las diferencias con el THD, los otros cannabinoides existentes, los usos del CBD, sus efectos, su riesgo adictivo, así como la forma y los costos con los que se le puede encontrar en el mercado mexicano.
Cuando uno googlea sobre el THC y el CBD en internet, esta es una de las preguntas qué más intentan resolver los sitios web, sin embargo, aquí es interesante identificar que en casi todos los casos los más preocupados por marcar una diferencia entre los componentes, son quienes comercializan el segundo e intentan posicionar entre los posibles consumidores sus ventajas y características.
En el apartado anterior ya vimos que de manera general la FDA nos da nos brinda al menos una característica que diferencia al THC del CBD que tiene que ver con el efecto psicótico, sin embargo, hay otras fuentes que abordan de manera más profunda a los dos componentes que nos interesan en esta entrada del blog.
The Beemine Lab TM es uno de esos sitios comerciales que busca marcar una diferencia entre uno y otro para comercializar varios productos que tienen como base el cannabidiol, aunque en este caso la marca española hace incluso un recuento histórico y documental que resulta interesante revisar.
La marca por ejemplo parte de un glosario en donde volvemos a encontrar a los cannabinoides o las sustancias químicas de origen natural qué interactúan con nuestro sistema endocannabinoide; de este sistema endocannabinoide nos lo plantea como un sistema de comunicación intercelular conectado tanto con los órganos como con diferentes sistemas del cuerpo humano que tiene el papel de mantener un equilibrio en los procesos metabólicos y optimizar las funciones del cuerpo; también hace mención del tono endocannabinoide que se refiere al estado en el que se expresa nuestro sistema y que podría incluir la falta de equilibrio causando ciertas enfermedades; así como otros más como el proceso de homeostasis; los fitocannabinoides o cannabinoides exógenos que podemos encontrar en las plantas de cannabis; los terpenos o componentes altamente aromáticos; los flavonoides que se encuentran de manera natural en las flores; el receptor cannabinoide que es el que permite la interacción entre los endocannabinoides presentes en el cuerpo humano y los fitocannabinoides; así como las enzimas cannabinoides.
De lo abordado en este breve glosario podemos observar que hay sustancias que encontramos en el cuerpo humano y otras más que encontramos de manera exógena en las plantas y que se relacionan con nuestro objetivo de abordar lo relativo al consumo de CBD.
Respecto a la planta cannabis sativa, la marca plantea que contiene más de 100 fitocannabinoides, aunque en el caso de la FDA se reconocen más de 80 y en lo que sí coinciden la empresa y el organismo gubernamental, es en que los más comunes son la CBD y la THC.
El sitio de The Beemine Lab TM resalta también que estas moléculas trabajan en nuestro sistema endocannabinoide para ayudar a lograr el equilibrio y balance de las funciones fisiológicas de nuestro organismo, por lo que las diferencias y semejanzas entre los componentes más comunes son de interés para la ciencia.
A manera de resumen la marca recuerda que el CBD y el THC provienen de la misma planta, que el primero comúnmente se asocia con el cáñamo y el segundo con la marihuana. Asimismo, resalta que según la variedad de la planta esta puede contener concentraciones mayores o menores de los diferentes cannabinoides debido a su evolución natural o manipulación genética en los laboratorios.
Por otro lado, nos plantea una serie de beneficios que podemos encontrar en uno u otro componente. Por ejemplo, el CBD tiene beneficios antiinflamatorio, analgésico, ansiolítico, antipsicótico, panicolítico, neuroprotector, antioxidante antitumor, relajante muscular, anticonvulsionante y antiantojo. Mientras que el THC tiene beneficios proinflamatorio, antiinflamatorio, analgésico, panicolítico, psicotomimético, psicoactivo, antioxidante, antitumor, relajante muscular. estimulante del apetito y antinausea.
La marca también se centra en resaltar que una de las diferencias importantes entre el CBD el THC es cómo afectan la cognición y la memoria, pues en el segundo se observa deterioro en administraciones agudas y que de manera general las organizaciones de salud han reconocido que el CBD puede proveer de un perfil de mayor seguridad.
Aunque esto va más allá de las diferencias, un punto que resalta dentro del abordaje de The Beemine Lab TM es el de las enfermedades que se investigan con los dos componentes. En el CBD, por ejemplo, se considera la epilepsia, la psicosis, la diabetes y obesidad, así como la ansiedad e insomnio. En tanto que en el THD se estudia el glaucoma, el Alzheimer, los cuidados paliativos, la anorexia y el síndrome de estrés postraumático. En ambos componentes, en cambio, se estudia la adicción, la depresión, las enfermedades neurológicas, las enfermedades inflamatorias intestinales, las enfermedades autoinmunes en dolor crónico y el cáncer.
Como ya lo adelantamos en los párrafos anteriores el CBD y el THC son sólo los dos componentes más comunes que se consumen y de los que se tienen identificados beneficios y efectos, sin embargo, existen muchos otros que pueden saltar a la vista al intentar buscar información sobre el tema y un sitio que los define de manera práctica es Hannapy Cannabis Marketplace, quien también parte de una perspectiva comercial.
Entre las otras variantes destaca la CBDA o ácido cannabidiólico que se encuentran los tallos, hojas y flores de las plantas de cannabis y que, aunque se considera como el precursor del CBD, no ha sido objeto de investigaciones científicas tan amplias y entre lo poco que se sabe de él es que puede ayudar a combatir la inflamación y las náuseas.
Por último, se hace mención del CBDV o cannabidivarina que puede ayudar que puede beneficiar a las personas con trastornos neurológicos y que en estudios con animales han demostrado de manera preliminar resultados positivos con la epilepsia y otras afectaciones similares, por lo que se le atribuyen propiedades anticonvulsivas y antiepilépticas que podrían impactar en la enfermedad de Parkinson, temblores después de una lesión epilepsia y otras condiciones que involucre las convulsiones. Por otro lado, se le atribuyen posibles beneficios para combatir náuseas, vómitos y en el tratamiento de la enfermedad de Crohn y la esclerosis múltiple, aunque aún faltan estudios para confirmarlo.
También hacen mención del CBN, la abreviatura del cannabidol y que fue el primer cannabinoide aislado y sintetizado por los científicos como un subproducto del THC, aunque menos psicoactivo. A diferencia del componente anterior se ha estudiado más y se le han encontrado beneficios para las personas que tienen dificultades al dormir, en la regeneración de células madre y la creación de nuevos huesos, así como analgésico, antibiótico, antiinflamatorio y anticonvulsivo.
Del CBC o cannabicromina, el portal destaca en cambio que se descubrió hace más de 50 años, no es tóxico, está en las primeras fases de investigaciones científicas y que se prevé pueda ayudar a modular la percepción del dolor de forma similar a los analgésicos tradicionales, principalmente en afectaciones como el acné.
El siguiente componente es el CBG o cannabigerol, que es un cannabinoide no psicoactivo que se encuentra en menor proporción y qué ayuda a inhibir los receptores de serotonina, lo cual puede conducir a la reducción de la ansiedad y la depresión.
La conclusión a la que llegan en Hannapy Cannabis Marketplace después de hacer una revisión a algunos de los otros componentes menos comunes que el CBD o el THC, es que las plantas de cannabis son muy complejas y que ya hay científicos profundizando en otras estructuras químicas. Asimismo, plantean que, aunque cada componente tiene beneficios por separado, en combinación pueden ser más eficientes.
Para resolver esta pregunta resulta curioso hacer el ejercicio de teclear en la barra de Google y ver qué es lo que nos sale. Ahí nos encontramos con un listado que incluye CBD para dormir, CBD para la ansiedad, CBD para bajar de peso, CBD para vapear, CBD para el dolor, CBD para la migraña y CBD hasta para los gatos.
Al igual que lo hemos observado en otras preguntas de esta entrada del blog, muchos de los que intentan dar respuesta son quienes comercializan productos, algunos lo hacen de manera muy general y sin tecnicismos y otros de manera más detallada como ya lo vimos con The Beemine Lab TM, de quienes retomaremos algunos de los usos citados.
De acuerdo con su página web, el CBD se usa como un suplemento alimenticio, como remedio tópico o como un tratamiento farmacológico para aliviar el dolor crónico, la inflamación intestinal o cutánea, la depresión, la ansiedad y las convulsiones en algunas epilepsias. Asimismo, menciona su uso para atender los síntomas de enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple, el Alzheimer, Parkinson o la esquizofrenia. Una de las advertencias que realiza la marca respecto al uso de esta componente es que la FDA lo aprobó para pacientes con convulsiones pero que no se recomienda preparar cannabidiol casero ya que no es seguro si se ingiere.
Si bien esta parte de su descripción parece más un anuncio de sus productos, también vale la pena hacer una revisión a las formas en las que podemos encontrar el CBD en el mercado. Ellos mencionan los suplementos en forma de cápsulas de gel, tinturas o pastillas; el líquido para los cigarros electrónicos y vaporizadores que disminuye la ansiedad, insomnio, depresión y sensación de dolor; el aceite que se presenta en gotas, aerosol o cápsulas y que de forma tópica pueden ayudar a los dolores; las cremas utilizadas como bálsamos, lociones, pomadas y ungüentos que también sirven para el dolor, las infecciones, inflamaciones y afecciones de la piel; los cristales que permiten una mejora a los trastornos del cuerpo y la mente no especificados; así como los comestibles que se pueden encontrar como gomas, caramelos e incluso en forma de chicles.
La misma FDA que ya habíamos citado en párrafos anteriores plantea que, aunque se tiene poca información sobre el CBD, sí hay datos que permiten identificar que puede causar lesiones hepáticas; afectar el metabolismo de otros medicamentos, causando efectos secundarios graves; que combinado con alcohol u otros depresores del sistema nervioso central aumenta el riesgo de sedación y somnolencia; así como una toxicidad reproductiva masculina o daño a la fertilidad de los hombres, según se ha observado en estudios con animales.
Por otro lado, plantea efectos secundarios que son notables y que pueden inducir a mejorar el consumo o a dejarlo, como los cambios en la lucidez mental, más comúnmente identificados como somnolencia; malestar gastrointestinal con presencia de diarrea o disminución del apetito; y también los cambios en el estado de ánimo con irritabilidad y agitación.
Además de los efectos ya identificados, la FDA plantea una serie de incógnitas ante las cuales reconoce todavía no contar con una respuesta de la ciencia para que el CBD se considere como una opción viable y segura en los seres humanos.
Entre ellas están, qué le sucede al organismo si se ingiere diariamente el CBD en períodos de tiempo prolongados; qué nivel de ingesta desencadena los riesgos conocidos asociados; cómo afectan los diferentes métodos del consumo de ingesta pues éstos pueden incluir lo oral, tópico, al fumar o vapear; qué efecto tiene sobre un cerebro en desarrollo, es decir, si lo ingieren los niños; qué efecto tiene en un feto o recién nacido que está siendo amantado; cómo interactúa con hierbas y productos botánicos; y cuál es la causa de la toxicidad en la reproducción masculina de los humanos sea que sea observado en estudios con animales.
De manera general, la organización norteamericana reconoce que aunque el CBD está presente en muchos productos comerciales, su uso debe estar siempre discutido por un profesional médico, sobre todo por dos efectos ya mencionados anteriormente, es decir, las afectaciones a las interacciones farmacológicas con otros medicamentos y lo relacionado con la toxicidad reproductiva masculina.
Con las incógnitas como una de las preocupaciones de la FDA, también reconocen que se trabaja en tener avances médicos en tres grandes rubros. Uno es la exposición acumulada al producto; otro es los efectos que tienen las poblaciones especiales como ancianos, niños, adolescentes, mujeres embarazadas y lactantes; así como la seguridad del uso de este componente en mascotas y otros animales, incluyendo los que se consideran para productos alimenticios como carne, leche o huevos.
Como es de esperarse y como ya lo hemos visto en preguntas anteriores, este es un cuestionamiento en el que se concentran las empresas que comercializan el CBD y por supuesto que resaltan sin mucho tecnicismo, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) no lo es.
¿Pero es esa la perspectiva del máximo órgano de salud pública en el planeta regido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o es sólo un argumento comercial para atraer y garantizar a los nuevos consumidores?
La realidad es que los riesgos adictivos del CBD no existen de acuerdo con un reporte sobre cannabidiol publicado en junio de 2018 por el Comité de Expertos en Farmacodependencia de la Cuadragésima Reunión de la World Health Organization, conocida en español como la OMS.
Tras definir al componente y dejar claras las diferencias con el THC, el documento sostiene que en los humanos el componente no muestra efectos indicativos de abuso o potencial de dependencia y que para la fecha de la publicación del documento no se había tenido evidencia de que su uso recreativo o en la salud pública tuviera problemas asociados.
Asimismo, agrega que ha tenido uso efectivo en el tratamiento de la epilepsia; que en algunos casos existe un uso médico no autorizado en aceites, suplementos, gomas y extractos para atender dolencias; así como que varios países han modificado sus propios controles para emplear este producto como un medicamento.
El reporte de la OMS sobre el CBD también hace un recuento de ocho medicamentos que se han aprobado para el tratamiento de la epilepsia en Reino Unido, Países Bajos, Alemania, Estados Unidos e Israel. Además, claro de describir cómo el componente se encuentra en otros productos sin reconocimiento médico que plantean beneficios sin evidencia científica.
Si bien la OMS ya dejó claro desde 2018 que se descarta la adicción en el CBD, también vale la pena revisar qué criterios de este organismo ha retomado la OMS para orientar a los países miembros en cuanto a la regulación de los productos.
A finales del 2020, se informó que, tras revisar recomendaciones sobre la marihuana y sus derivados, la Comisión de Estupefacientes eliminó el cannabis de la Lista IV de la Convención Única de Estupefacientes de 1961, que equiparaba la droga junto a opioides adictivos y letales como la heroína.
De los 27 países que participaron en la convención, 25 votaron a favor de abrirse a la posibilidad de reconocer el potencial médico y terapéutico de la droga para generar investigación científica.
En tanto que, en el caso específico del CBD, la convención retomó el hecho de que si el cannabidiol contiene menos de un dos por ciento de la sustancia activa del THC, no debería sujetarse a controles internacionales, sin embargo, esto terminó por rechazarse pues actualmente no hay un control internacional regulatorio que limite en general el consumo.
Después de ver qué nos dicen las organizaciones internacionales sobre el uso de la mariguana y el CBD surge entonces una duda que es de interés primordial para la redacción de este blog y es si este componente se puede consumir de manera legal en el territorio mexicano.
Al navegar en internet, nuevamente los primeros en intentar dar una respuesta positiva a esta pregunta son quienes comercializan el producto en el país, a fin de mostrarlo como una opción viable y alejada de cualquier riesgo, sin embargo, aquí interesa lo que dice el marco legal y lo que han reflexionado académicos en la materia.
Una fuente que nos da certeza al respecto es la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), dependiente de la Secretaría de Salud, que como parte de sus facultades atiende a personas interesadas en el uso personal, médico y lúdico del cannabis y sus derivados.
De acuerdo con un reporte de la dependencia del gobierno federal, hasta 2018 habían entregado 305 permisos para importar medicamentos derivados que incluyen los relacionados con el CBD y que tiene como requisito estar libres en su mayoría de THC.
También en el 2018 la Cofepris publicó un documento identificado como Lineamientos en materia de control sanitario del cannabis y sus derivados, que de manera general da luz verde a maquilar productos que contengan menos de uno por ciento de THC.
Al respecto, informaron que recibieron las primeras 47 solicitudes de evaluación sanitaria y que solo 38 productos que contenían CBD cumplieron con los requisitos para su autorización. Entre lo aprobado se encontraron ofertas como materia prima, en suplementos alimenticios e incluso en el rubro de los cosméticos.
Si bien el 2018 parece todavía una fecha cercana es posible que todo lo relacionado al cannabis en México de prontos giros significativos por la discusión que se tiene con legisladores para el uso de la marihuana tras vistos buenos en determinaciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Después de hacer todo un recorrido por lo que es CBD, su diferencia con el THC e incluso por las regulaciones nacionales e internacionales para su consumo, no es de asombrar que se trate de un producto que se puede conseguir como se consigue cualquier otra cosa en decenas de marcas mexicanas con tienda virtual o que tienen presencia en plataformas de distribución en el país como Mercado Libre o Amazon.
En Mercado Libre, lo más económico que se puede encontrar es un ungüento de 250 pesos y hay unos premios para calmar la ansiedad de los perros de 280; mientras que en la competencia de Amazon hay también jabones, gotas, gomas y aceites que van desde los 300 pesos hasta más de mil 500 pesos.
Sobre las marcas hay incluso reseñas de revistas y otros medios especializados en salud y estilo de vida con titulares que nos sugieren qué es lo más popular, lo de moda o con calidad significativa. La revista GQ, por ejemplo, publicó en octubre pasado Las marcas de CBD en México que no te puedes perder y ahí se describen ofertas como la de HempMeds México, CBD Life, Elite CBD, Cannalim, María Destilada, Las Nubes CBD, CBDbies Familiy CBD y Canncura. Estas, por supuesto, no son todas y el listado responde más a una selección editorial de las ofertas que hay en el país, que a algún criterio que brinde certeza sobre qué puede dar mejores resultados. Sin embargo, el artículo de la revista es una muestra de la popularidad con la que se aborda la existencia de marcas y sus productos.
Ahora bien, en cuanto los precios que el CBD llega a alcanzar en México, un ejercicio interesante es el que se puede hacer al navegar en los buscadores de plataformas de distribución de productos que lo venden como cualquier otro producto. Los precios ahí encontrados, por supuesto, dependen del producto que contiene el componente, la cantidad que se considera por envase o pieza e incluso si se trata o no de artículos de exportación, por lo que resulta complicado plantear criterios generales para conocer los costos.