Es muy importante conocer que es en realidad la abstinencia. Muchas personas desconocen el porqué de sus efectos…
En el siguiente artículo abordaremos como es que sucede este Síndrome de Abstinencia y la manera de atenderlo.
Para entender qué es la abstinencia como proceso de consumo de drogas es importante comenzar por el significado que en sí tiene la palabra.
Y por tal motivo es importante abordar el tema desde lo más básico, que es el saber qué es lo que dice el diccionario sobre ella. Para tal objetivo podemos retomar el significado que nos ofrece La Real Academia Española (RAE).
De acuerdo a esta institución fundada en 1713 la cual vela por los cambios que experimenta la lengua española, la abstinencia tiene dos significados relevantes.
El primero la define como la acción de abstenerse de algo, especialmente de tomar alimentos o de algún tipo de drogas. Por otra parte, el segundo significado se refiere a la privación de determinados alimentos o bebidas en cumplimiento de un precepto religioso o de voto especial.
La RAE por otro lado considera el término “síndrome de abstinencia” lo cual refleja el verdadero cuadro clínico en comparación con la simple palabra “abstinencia” que puede tener significados más generales.
Respecto al término síndrome de abstinencia, la RAE lo define como un conjunto de trastornos provocados por la reducción o suspensión brusca de la dosis habitual de una sustancia de la que se tiene dependencia.
Aunque a máxima institución de la lengua española nos da una definición muy clara sobre el síndrome de abstinencia podemos identificar conceptos que son claves para lo abordado en el presente artículo.
Los primeros conceptos relacionados a la epxlicación de la palabra abstinencia tal cuál y por otro lado el concepto que explica las acciones que son relevantes en la rehabilitación como la reducción o la suspensión de la droga destacando la circunstancia de dependencia.
A lo largo de este artículo y con un abordaje sencillo, se responderán preguntas clave para para quienes consideran obtener ayuda psicológica y médica para dejar de consumir alguna droga.
¿Qué es el síndrome de abstinencia?, ¿Cuáles son las causas del síndrome de abstinencia?, ¿Cuáles son los síntomas del síndrome de abstinencia?, ¿Cómo es el síndrome de abstinencia en el alcoholismo? ¿Cómo es el síndrome de abstinencia en otras drogas?, ¿Cuándo y cómo atender el síndrome de abstinencia? Estas son algunas de las preguntas, a las que daremos respuesta.
Aunque ya mencionamos una definición general que nos ofrece la RAE sobre el síndrome de abstinencia, es importante destacar algunas otras definiciones que lo abordan de manera más profunda.
Una de ellas la encontramos, por ejemplo, en la perspectiva de la Comisión Nacional Contra las Adicciones (CONADIC), respecto a dicho problema de salud, entre la población mexicana.
En específico haremos referencia a la definición que se menciona en la Guía Para El Manejo Psiquiátrico del Síndrome de Abstinencia del Paciente Alcohólico en el Primer Nivel de Atención.
Como lo dice el título, este documento se centra en los problemas que genera la adicción al alcohol y en su tratamiento, sin embargo, nos ofrece una visión general del síndrome de abstinencia.
Lo que aborda la comisión en este documento hace referencia al alcoholismo, aunque en realidad también se puede aplicar al consumo de otro tipo de drogas en donde su consumo requiera de atención debido a presentar síntomas de abstinencia.
Al síndrome de abstinencia también conocido como síndrome de suspensión lo define como el conjunto de trastornos físicos y psicológicos que presenta quien ya ha desarrollado su dependencia a alguna droga cuando suspende su consumo bruscamente o lo disminuye en forma significativa después de un período prolongado de ingestión.
Dado que la guía a la que hacemos referencia se centra en el consumo de alcohol, la CONADIC menciona los procesos de abstinencia que podría padecer un consumidor una vez que algún profesional de la salud interviene para atender su situación.
De manera general hace referencia a quien necesita el tratamiento, es decir, identifica el nivel de riesgo con respecto al nivel de consumo y por otra parte evalúa el posible daño como consecuencia del consumo para que entonces se pueda referir al paciente a un tratamiento de rehabilitación.
Así, nos señala por ejemplo que quien cursa el síndrome de abstinencia, podría estar enfrentando una intervención médica que contempla tres niveles, que son: Leve, Moderada y Severa.
Por otro lado, señala que en función del nivel de los síntomas presentados, el personal médico que atienda la adicción, puede hacer variaciones en los medicamentos para tratarla.
Aunque ya las definiciones de abstinencia y síndrome de abstinencia nos dieron algunas pistas sobre lo que podrían ser las causas de este último, hay también bibliografía que nos explica qué es lo que sucede con el cuerpo humano.
Para ello vale la pena identificar qué es lo que nos dice el Glosario de Términos de Alcohol y Drogas de la World Health Organization (WHO), conocida en español cono la Organización Mundial de la Salud (OMS), el organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) especializado en gestionar políticas de prevención promoción e intervención de la salud a nivel mundial.
El síndrome de abstinencia aparece en el glosario como el conjunto de fenómenos del comportamiento cognitivos y fisiológicos que pueden desarrollarse tras el consumo repetido de una sustancia, también señala que normalmente estos fenómenos comprenden un poderoso deseo de tomar la droga que ha causado adicción, el deterioro del control de su consumo, el consumo persistente a pesar de las consecuencias perjudiciales, la asignación de mayor prioridad al consumo de la droga que a otras actividades y obligaciones de la persona que lo padece, así como un aumento de la tolerancia y una reacción de abstinencia física cuando se deja de consumir la droga.
En la definición considerada en el glosario también nos señala que el personal de la salud debe diagnosticarlo como síndrome de dependencia si el paciente ha experimentado tres o más de los criterios anteriormente especificados, en el plazo de un año.
Por otro lado detalla que la dependencia puede aplicarse a una sustancia en concreto, como por ejemplo el tabaco o el alcohol o medicamentos; sustancias como opiáceos; e incluso una gama más amplia de sustancias con propiedades farmacológicas diferentes.
Como ya lo vimos en el apartado anterior, la OMS plantea incluso que el personal de la salud debe identificar factores para definir si un paciente padece el síndrome de abstinencia, por lo que cobran relevancia los síntomas que se puedan presentar.
Para ello haremos de nuevo referencia al glosario sobre alcohol y drogas de la organización internacional que nos plantea que el síndrome puede tener una duración limitada y estar relacionado con la sustancia que se consumió antes de la suspensión o disminución.
Con el fin de orientar al personal de la salud y profesionales que consulten el documento, la OMS establece que las características de un síndrome de abstinencia son en general opuestas a las de la intoxicación aguda.
Dado que la abstinencia puede estar relacionada con diferentes tipos de consumo, el glosario nos señala diferentes rasgos en función del tipo de droga que se ingiera.
Del alcohol, por ejemplo, plantea que se caracteriza por temblor, sudoración, ansiedad, agitación, depresión, náuseas y malestar general. Por otro lado, especifica que aparece en las siguientes 6 a 48 horas tras el consumo de la sustancia y que, si no hay complicaciones, dentro de los dos o cinco días, desaparece. Algunas de sus complicaciones son el gran mal y el progreso al delirio, conocido como delirium tremens.
El siguiente síndrome de abstinencia considerado por la OMS es el relativo a los sedantes, de los que reconoce varios rasgos en común con la abstinencia al alcohol, pero agrega dolores y calambres musculares, así como distorsiones perceptivas y de la imagen corporal.
También plantea las consecuencias de la abstinencia a los opiáceos, de los que destaca el moqueo nasal, lagrimeo, dolores musculares, escalofríos, la sensación de carne de gallina y después de 24 a 48 horas del último consumo, calambres musculares y abdominales. En este caso señala que el comportamiento para conseguir la sustancia es prioritario y se mantiene aun cuando han remitido los síntomas físicos.
Por último, la OMS aborda la abstinencia a los estimulantes de los que destaca un bajón o crash que está relacionado con la abstinencia a las sustancias depresoras del sistema nervioso central causando depresión que deriva en un malestar general apatía e inestabilidad.
Como ya vimos, organizaciones como la OMS nos ofrecen a través de su glosario una visión general de lo que les sucede a los pacientes que experimentan algún tipo de abstinencia a las drogas y lo que consideran de manera general sobre el alcoholismo.
Sin embargo, hay otros institutos que se han encargado de definir a mayor profundidad lo que sucede con cada tipo de sustancia y en el caso del alcohol nos referiremos a lo que ha detallado la American Addiction Centers en Estados Unidos.
La red de clínicas de atención a adicciones con presencia en al menos de ocho estados en el país vecino, parte de plantear que al menos siete de cada 10 habitantes beben a lo largo de un año, por lo que gran cantidad de la población está en riesgo de llegar a un consumo que represente un problema.
Ellos, implican dependencia y abstinencia al alcohol, los cuales están asociados con el comportamiento problemático del consumo de las alcohol.
Así, plantean que la dependencia al alcohol, después de un periodo de consumo excesivo y prolongado, puede generar el síndrome de abstinencia que se caracteriza por desarrollarse a las pocas horas del último consumo o incluso varios días después de que se detenga de tomar.
La organización brinda una explicación química de lo que le sucede al cerebro, al plantear que, los síntomas de la abstinencia son causados al existir un desequilibrio entre los neurotransmisores excitatorios e inhibitorios del cerebro.
Asimismo, agregan que cuando se trata de un síndrome de abstinencia alcohólica aguda, son varios los cambios en la química del cerebro. Es decir que, las personas con dependencia significativa al alcohol, normalmente podrán presentar ansiedad, agitación, insomnio, irritabilidad, malestar estomacal, náuseas, vómitos, temblores y convulsiones.
Los anteriores son síntomas comunes, aunque también sería posible que se presentaran síntomas más graves como fiebres altas, alucinaciones, convulsiones graves y confusión mental.
Cuando se trata de una abstinencia alcohólica grave se considera incluso el riesgo de muerte y por tanto sería necesario contar con un control médico cercano, que de seguimiento a la evolución de los síntomas y entonces poder controlar la abstinencia con medicamentos como las benzodiacepinas, las cuales permiten minimizar los riesgos de convulsiones durante el período de abstinencia.
Según la organización, la desintoxicación médica puede ayudar a mantener tranquilo al paciente dependiente del alcohol. Con lo cual se asegura su comodidad durante la abstinencia, permitiendo así se enfoque en trabajos adicionales de rehabilitación y de recuperación.
Por otra parte también se reconoce, que hay otros factores que pueden influir en la gravedad de la abstinencia alcohólica, como puede ser una afección médica o psiquiátrica subyacente, la cantidad de tiempo que se lleva abusando del alcohol, la cantidad de sustancia que se consume y cuánto tiempo se utilizó la bebida por última vez. Lo cual el médico tendrá que conocer bien.
Hablar de cómo es el síndrome de abstinencia en otras drogas diferentes al alcohol, es una tarea compleja por la variedad de sustancias existentes.
Sin embargo, a continuación hablaremos de las drogas que son más consumidas por los mexicanos. Dichos datos provienen del Informe Sobre la Situación del Consumo de Drogas en México y su Atención integral 2019, los cuales nos brindan una información muy valiosa respecto a lo que actualmente está sucediendo.
Este documento recoge básicamente estadísticas de dos grupos poblacionales: adolescentes en Centros de Tratamiento Interno y pacientes en Centros de Integración Juvenil que pertenecen a su red.
Aunque los números se refieren únicamente a consumidores de drogas que ya llegaron a un nivel de rehabilitación y se limita a los adolescentes y jóvenes, no deja de ser un botón de muestra sobre lo que lo que sucede en el país y sobre lo que debería llamar la atención de los profesionales de la salud.
En el caso de los adolescentes atendidos en los Centros de Tratamiento Interno, la CONADIC detalla que el estudio sobre consumo de sustancias psicoactivas arrojó, que por lo menos el 40% de los encuestados era consumidor de alcohol.
En segundo lugar la droga con mayor presencia fue la marihuana, puntuando un 31%. En tercer lugar el tabaco, con 11%. En cuarto lugar la cocaína, con 6%. Y en quinto lugar, los solventes inhalables con 5%.
En cuanto a los pacientes de los Centros de Integración Juvenil los números cambian y el alcohol ya no aparece en primer lugar, sino como la tercer causa de adicción entre los pacientes considerados en el Sistema de Información Epidemiológica del Consumo de Drogas (SIECD).
Según este reporte la droga más consumida fue el cannabis con 36.7%; siguen las metanfetaminas con 17.9%; el alcohol, con 12.2%; el crack, con 7.6%; inhalables con 6.4%; tabaco, con 5.9%; cocaína, con 5.1% y por debajo del 2% heroína y benzodiacepinas.
Que las cifras entre unas y otras drogas sean menores no significa que haya variación entre los riesgos y la necesidad de recurrir a la asistencia médica y rehabilitación cuando se es consumidor.
Sin embargo, para los fines de este artículo, retomaremos dos de las sustancias con mayor presencia entre los consumidores adolescentes y jóvenes de México de acuerdo con los datos de la CONADIC, es decir la marihuana y las metanfetaminas.
En el caso del cannabis resulta interesante el abordaje sobre la abstinencia que realiza la American Addiction Centers de Estados Unidos.
La organización parte de definir qué es la marihuana, cuáles son los síntomas tras su consumo, cómo aparece en las pruebas de drogas y lo que para esta entrada interesa, el proceso de desintoxicación.
Sobre el mismo deja claro que, contrario a las creencias populares, el cannabis puede ser adictivo y que existen diferentes signos, síntomas y cambios del comportamiento que pueden ser observados por el personal médico para diagnosticar la adicción y su síndrome de abstinencia,
De estos últimos destaca que los síntomas del síndrome de abstinencia aparecen dentro de las 24 a 72 horas posteriores al último consumo y que su mayor pico de intensidad se puede alcanzar en la primera semana y durar de una a dos semanas.
Entre los síntomas que detalla la organización están: dolor de cabeza, irritabilidad, depresión, ansiedad, dificultad para dormir, dolor abdominal, disminución del apetito, fiebre con escalofríos, transpiración y temblores.
Es importante también mencionar que reconocen que aún no hay un medicamento aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) que trate específicamente la abstinencia a la marihuana.
Sin embargo reconocen que un programa de tratamiento con un periodo de desintoxicación supervisado médicamente, puede ayudar a que el síndrome de abstinencia sea más fácil de sobrellevar.
Por otro lado, sugiere que la combinación de psicoterapia y medicamentos pueden ayudar al enfrentar el trastorno de consumo de marihuana, particularmente con personas que también luchan con trastornos de salud mental.
Como ya lo vimos en párrafos anteriores, las metanfetaminas son otra droga significativa en las estadísticas de los consumidores mexicanos de acuerdo con la CONADIC.
Sobre esta droga, su consumo y consecuencias en la abstinencia, destaca la información que comparte el National Institute on Drug Abuse (NIDA) o el Instituto Nacional de Abuso de Drogas del gobierno de Estados Unidos, dedicado a la ciencia avanzada de las adicciones.
De manera general la organización parte por plantear que el uso indebido de metanfetaminas puede traer muchas consecuencias negativas, incluyendo la adicción, el trastorno crónico, el consumo compulsivo de drogas y los cambios funcionales y moleculares del cerebro.
Antes incluso de hablar de los síntomas del síndrome de abstinencia con esta droga, el NIDA deja claro que puede generar tolerancia a los efectos placenteros y con ello llevar a un aumento del consumo.
Ya sobre los síntomas tras la abstinencia menciona la depresión, ansiedad, fatiga y un deseo intenso de consumir la droga; además de otros cuadros que presentan los consumidores crónicos y que incluyen ansiedad intensa, confusión, insomnio, fluctuación del estado de ánimo y comportamiento violento.
Si bien tiene que ver más con el consumo en general de las metanfetaminas, algunos datos relevantes sobre la información del NIDA que vale la pena destacar son consecuencias del consumo como la disminución de la velocidad motriz y el deterioro del aprendizaje verbal.
Como lo observamos a lo largo este artículo, el síndrome de abstinencia, ya sea por el alcohol u otro tipo de drogas, puede aparecer en las siguientes horas tras suspender el consumo.
De manera general y aunque con variaciones podríamos decir que las siguientes 72 horas tras la última ingesta serán primordiales para el inicio de este proceso y qué los efectos podrían retardarse por un par de semanas.
También identificamos que esta suspensión total o parcial del consumo puede estar relacionada con un mismo proceso orientado a la rehabilitación y que esté acompañado de la preparación del personal médico.
Por otro lado, se observó que en función de la intensidad de los síntomas estos pueden incluso comprometer la vida y requerir de un especial acompañamiento de los pacientes.
Así entonces queda respondida la pregunta sobre cuándo solicitar ayuda para enfrentar un síndrome de abstinencia, es decir en las horas posteriores al último consumo cuando comiencen a presentarse los síntomas y por supuesto, cuando signifique un riesgo.
Por ello es importante comprender que en la ayuda, sería deseable que esto fuera mediado por un programa de rehabilitación y atención médica ya que en dicha circunstancia sería mucho más sencillo para la persona enfrentar el síndrome de abstinencia
Dependiendo de la sustancia y cantidades consumidas es que se ajustará tanto la profundidad del tratamiento psicológico como del tratamiento farmacológico.
En caso de que tu elección fuera el Programa Ambulatorio Intensivo de Albero, la forma en que se te apoyaría sería a través de la evaluación tanto de tus necesidades en el área psicoterapéutica como en las del área farmacológica en caso de ser necesario. Para ello nuestro programa realiza una psico-educación para que sea el mismo paciente quien tome responsabilidad de su tratamiento psicoterapéutico y farmacológico pudiendo así continuar enfrentando la cotidianeidad con el objetivo de avanzar en la rehabilitación.
Características del tratamiento contemplan lo anterior así como el uso de pruebas antidoping, lo cual se convierte en un soporte adicional para poder así enfrentar la abstinencia.
Nuestro esquema de tratamiento tiene una duración de 12 meses, en los cuales los primeros cuatro meses llevan un seguimiento intensivo y los posteriores ocho, un programa de prevención de recaídas.
Algunas otras características del programa de rehabilitación de Albero para enfrentar el síndrome de abstinencia, contemplan el incluir a familiares como acompañamiento a la rehabilitación.
Por otro lado, al tratarse de un seguimiento ambulatorio se contemplan horarios matutinos y vespertinos de lunes a viernes que permitan la continuidad de las actividades diarias ayudando así a que el paciente logre una integración del tratamiento, eligiendo lo que para el, es más conveniente hacer.